Los inicios de los albergues de inmigrantes estuvieron relacionados con sitios como el Asilo de la Recoleta y el de la Chacarita de los Colegiales (1825), pasando por el Asilo de Corrientes N°8-10 (1857-1874) y el hospedaje de la calle Cerrito (1882 y 1888) con sus alojamientos complementarios, hasta llegar al momento clave en el que se inaugura el Hotel de la Rotonda de Retiro, que funcionó entre 1888 y 1911, convirtiéndose en la estructura de recepción más importante por el caudal migratorio europeo.

Los espectáculos públicos que existieron en Europa denominados panoramas también llegaron a Buenos  Aires y, en 1886, estaban en funcionamiento. Consistían en salas de grandes dimensiones interiormente oscuras, donde la luz cenital se proyectaba sobre grandes telas pintadas que evocaban paisajes, transformándolos en un antecedente más del audiovisual. Uno de ellos, construido por Mauricio Le Tellier en 1885 con estructura importada, fue el más grande de la ciudad e incorporó maquinaria de proyección que, al año siguiente, se puso a prueba con el primer ensayo de luz eléctrica en Buenos Aires. No obstante, su vida como espectáculo duró unos pocos meses, por las costosas reparaciones que se debieron emprender como consecuencia de los frecuentes temporales que afectaban la zona. En 1887 se aceptaron los planos del ingeniero Stavelius para construir un Hotel de Inmigrantes a partir de este panorama. Así surgió, en 1888, el Hotel de la Rotonda de Retiro. Esta construcción de tres pisos, casi circular, se presentaba desde el Río de la Plata como la primera visión de Buenos Aires.

 

antiguos hoteles 1 2

 

 

Hasta allí llegaban los inmigrantes en carros tirados por caballos a los que transbordaban ni bien abandonaban los botes. Los dormitorios para mujeres y niños se habilitaron en la planta baja y los de hombres en el primer piso y a veces también en el segundo, cuando había mayor afluencia de inmigrantes. Estaban amueblados con cuchetas altas y bajas. Una de las imágenes más clásicas muestra a un grupo de inmigrantes retratados en su interior.

 

 

3

 

A esta edificación de la Rotonda se le adosó otra nueva, de forma rectangular y de una sola planta. En esta última sección estaban las cocinas, los comedores y los servicios sanitarios. En uno de los patios funcionaba la Oficina de Trabajo. Los inmigrantes podían permanecer gratuitamente en el Hotel por cinco días. Vencido el plazo y de no mediar razones de fuerza mayor, estaban obligados a asumir los gastos de estadía.

El período del Hotel de la Rotonda correspondió, entonces al del apogeo de la inmigración Argentina Juan Alsina ocupó el cargo de Comisario General de Inmigración en 1889 y, por veinte años, fue el responsable indiscutido de la aplicación de las políticas migratorias en la Argentina en ese ciclo de la historia, alcanzando a influir de manera decisiva en su diseño y planificación. Se retiró de sus funciones dos años antes de la inauguración del Hotel y Predio definitivo de 1911, con el que, paradójicamente, comienza el período del ocaso migratorio.

(Graciela Swiderski – Jorge Luis Farjat. Los antiguos Hoteles de Inmigrantes. Colección de Arte y Memoria audiovisual. 2003)

 

Fuente literaria principal

 

Los Antiguos Hoteles de Inmigrantes

 

ISBN 987-43-0769-2